Y no por presumir en el casino después, no, no... Casi seguro que con 17 años Ava no era tan guapa como lo sería más tarde, con 27, por ejemplo, pero qué duda cabe que sus ojos brillarían entonces y por vez primera como nunca lo volverían a hacer, esa boca se habría desmayado de placer anticipando juegos que la imaginación esconde quién sabe dónde, sus pezones... Bueno, mejor lo dejamos. La idea es ésa, que hubiera estado de puta madre haber sido el primero en gozar las mieles de esta mujer increíble..., cuando estaba más o menos sobria.
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