Veinte mil leguas de viaje submarino fue la primera novela en serio que leí , elegida con total libertad (no era lectura obligatoria en la escuela) y a sabiendas de lo que quería e iba a obtener de ella (¿once años tenía?). Recuerdo que el libro venía a palo seco, sin ilustraciones..., afortunadamente, porque ello me permitió imaginármelo todo a mi gusto. Había nacido un lector. Desde entonces, he vivido permanentemente fascinado por su burbuja, inmerso en su mundo colorista y aventurero, como si la realidad no fuera mas que esa triste y pacata superficie a la que debemos ascender para airear el "Nautilus". Y vuelta a sumergirnos. ¡Avante toda! ¡Sus órdenes, mi capitán! ¡A toda máquina!sábado, 16 de junio de 2007
... me hubiera gustado ser el contramaestre del Capitán Nemo
Veinte mil leguas de viaje submarino fue la primera novela en serio que leí , elegida con total libertad (no era lectura obligatoria en la escuela) y a sabiendas de lo que quería e iba a obtener de ella (¿once años tenía?). Recuerdo que el libro venía a palo seco, sin ilustraciones..., afortunadamente, porque ello me permitió imaginármelo todo a mi gusto. Había nacido un lector. Desde entonces, he vivido permanentemente fascinado por su burbuja, inmerso en su mundo colorista y aventurero, como si la realidad no fuera mas que esa triste y pacata superficie a la que debemos ascender para airear el "Nautilus". Y vuelta a sumergirnos. ¡Avante toda! ¡Sus órdenes, mi capitán! ¡A toda máquina!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario