De los confines de la tenebrosa Edad Media nos llega uno de los resplandores más cegadores de la historia, el pensamiento vivo, inclasificable y magistral del que será conocido como Meister Eckhart (1260 a 1328), un teólogo que tuvo muchos seguidores y se movió por toda Europa, principalmente por las cercanías de la Universidad de París. Sus clases debieron ser alucinantes, de una virtualidad transformadora, como estar en medio de un torbellino vacío. No creo que hubiera tenido ningún problema para entenderle, porque Eckhart, al igual que San juan de la Cruz, me habla de cosas que siempre han estado conmigo. Dicen que también curaba...
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