jueves, 5 de abril de 2007

... me hubiera gustado estar entre los discípulos de Platón

La Academia. Me la imagino como un jardín inusualmente limpio, bien organizado al modo de estancias en las que imperaría el silencio. No sé por qué, pero a los pensadores griegos siempre los veo sin "ruido de fondo"..., pese a ubicarlos al aire libre. El que sueña y piensa en su habitación (o en la abadía) no comparte in situ sus conocimientos, es distinto. Platón debió ser eso que llaman una obra en progreso, a la vista de todos. La disección de una mente privilegiada.

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