jueves, 1 de mayo de 2008

... me hubiera gustado participar en alguna película de Emir Kusturika

Porque este tío está loco, y yo a los locos los entiendo muy bien. ¿Que hay que estar bailando todo el rato? Pues se baila. ¿Que hay que escapar a mil bombardeos y matrimonios por minuto? Pues se escapa. ¿Que hay que beberse en la escena inicial la cosecha del 89 enterita y desde la misma cuba? Pues mira, éso ya me costaría algo más, pero todo es ponerse. Las películas de este hombre arrancan siempre desde lo más absurdo y alto, y se mantienen ahí todo el tiempo: al final lo que pasa y si ganan los buenos o los malos no importa mucho, porque hasta el personaje más ruin de la historia no deja de tener su gracia y su tirón simpático. El milagro no es entender que así merece la pena vivir.

1 comentario:

Ginebra dijo...

Sí. Da la sensación de que la vida, con Kusturika, es más vida.